En el cielo del hemisferio norte es posible ver la estrella polar. Polaris es un astro que no resalta en exceso por su brillo, aunque sí por su situación en la bóveda celeste.
Su posición en el cielo nocturno, muy cercano al polo norte celeste, hace que aparentemente permanezca fija en el cielo para quienes la observamos desde la Tierra.
Esta importante característica es conocida desde la antigüedad. Al ser un punto prácticamente fijo en el cielo y orientado al norte, sirve para calcular fácilmente el rumbo o la latitud durante la noche.
Debido al movimiento de precesión de la Tierra, cíclico con duración aproximada de 26.000 años y similar al bamboleo de una peonza, el polo norte celeste varía al hacerlo también el eje de rotación de la Tierra. Esto conlleva que en el pasado no siempre Polaris sirvió como referencia de estrella polar y además en el futuro dejará de serlo.
La estrella polar pertenece a la constelación de la Osa Menor. Polaris o α Ursae Minoris, entre otras designaciones, realmente es un sistema formado por tres estrellas (A, Ab y B) a una distancia de la Tierra de unos 431 años luz.
- La estrella principal Polaris A es una supergigante amarilla, variable cefeida y su brillo varía de manera periódica cada 3,97 días.
- Polaris B es una estrella similar al Sol y se encuentra a unas 2400 UA(1) de Polaris A. Fue descubierta por William Herschel en 1779.
- Polaris Ab es una enana amarilla y orbita a Polaris A a una distancia de 17 UA y con un periodo de 29,6 años.